sábado, 24 de noviembre de 2012

Denisse dice "Pero me llaman POETA"

Una vez me dijeron que los poetas son muy extremos, que para estar inspirados tienen que estar muy tristes, o muy enamorados.

Yo he estado triste.

Yo he estado enamorada y triste.

Yo he estado enamorada.


Empecé a escribir un día cualquiera. Un día de esos de mi vida sin vida. Un día de esos días

que yo decidía no sentir. Imagino, que como ser humano que soy, una mañana me desperté con exceso de sentimientos, y como no quería repartirlos, decidí escribirlos. Demasiados pocos años tenía como para poder escribir sobre lo que había vivido, así que opté por inventar, imaginar, observar y representar. También fue entonces cuando descubrí que no era consciente de lo que sentía hasta que lo escribía. Supongo que una vez hecho tinta, algo abstracto, se hace real y perceptible. Imparable, irrefrenable, inevitable.

A estas alturas del camino, lo confirmo: he vivido. He escrito porque he tenido sobre qué escribir. He escrito tanto que me he atrapado en un mundo cruel donde las palabras no me dejaban salir. Y no tenía otra opción, porque si no era por escrito, no había nada que vivir. Era todo tan triste. Y la tristeza se escribe para no vivirla; para sacarla, de alguna forma, de nuestro cuerpo. Por eso he escrito tanto, tanto tiempo.

Pero la felicidad no se escribe, se vive. Es por eso que ahora vivo más y escribo menos.


'Puedo ser poeta o puede que no sirva, pero ante todo soy persona.'




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